En el post anterior de esta serie,
elaborado a partir de los datos de nota de prensa del INE que se titulaba Módulo sobre la
situación laboral de los inmigrantes. 2014, se podía concluir que las
vías de acceso al empleo más utilizadas por los trabajadores de cara a
encontrar trabajo eran la gestión de la red de contactos y la autocandidatura,
estos métodos autónomos, como los
vamos a denominar en este post, cubrían sumados casi un 70% de los casos. Otros
métodos como la persecución de ofertas, la intermediación laboral pública o
privada, etc. no resultaban tan eficaces. Esto, que puede resultar
contraintuitivo a las personas ajenas a la orientación laboral, tiene lógica si
lo conectamos con el funcionamiento del mercado de trabajo.
Los orientadores
laborales sabemos que la inmensa mayoría de las oportunidades de trabajo no abandonan
nunca la condición de empleo oculto,
nunca llegan a salir a la luz para materializarse en una oferta de empleo y el
acceso a ellas, lógicamente, sólo puede conseguirse a través de los métodos
autónomos. Además es importante señalar que esto es más así cuanto más
desequilibrado está el mercado laboral, cuando más sobreabundancia hay de
demandantes de empleo, ya que en este caso el empleador tendrá más candidatos a
su disposición que habrán ofrecido su candidatura de manera espontánea o serán
fácilmente localizables a partir de los propios contactos, no necesitando de
otros procedimientos de búsqueda más complejos o que, sencillamente, supongan
un coste económico.
Frente a esta realidad, ¿cuál
debe de ser la actitud que han de tomar los servicios de empleo?, ¿se debería
potenciar la intermediación para intentar revertir esta situación, intentando
atraer más ofertas impulsando, por ejemplo, las tareas de prospección? O por el
contrario, dado que el mercado es como es, ¿se debería apostar decididamente
por servicios que incidieran sobre los procedimientos que son utilizados
mayoritariamente por las personas para encontrar empleo, es decir, los métodos
autónomos? Desde mi punta de vista ni lo uno ni lo otro, o mejor dicho, las dos
cosas a la vez pero con matices. Expongo a continuación mi punto de vista.