¿Porqué Ocupabilidad?
J.R. Kantor en la Universidad de Chicago |
Los componentes de blogempleo.org nunca hemos sido demasiado amigos de los debates nominalistas. No son los nombres de las cosas per se lo que nos preocupa si no más bien qué es lo que significan esos nombres. En ese sentido hasta ahora utilizábamos la palabra empleabilidad para hacer referencia a las posibilidades de conseguir un empleo que podía tener una persona, sin analizarla demasiado. Ahora, sin embargo, creemos que ha llegado un momento que hace necesario rechazar ese concepto por, al menos, dos motivos, por su alto grado de indefinición y por su excesiva ideologización y politización. No sólo no es útil si no que además sirve a objetivos espúrios.
El SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal) da, entre otras, las siguientes definiciones de Empleabilidad:
- ”Grado de adaptabilidad que demuestra un individuo en la consecución y mantenimiento de un empleo, así como en la actualización de sus competencias profesionales”
- ”Conjunto de aptitudes y actitudes que favorecen la integración laboral. Posibilidades existentes de encontrar un empleo y de amoldarse a un mercado de trabajo en continuo cambio.
Se refiere, en definitiva, a la adaptabilidad que demuestra un individuo, a las posibilidades de amoldarse a un mercado de trabajo, omitiendo que las posibilidades existentes de encontrar en un empleo, pasan necesariamente por las características del mercado laboral. Como dice Sara Morgenstern cuando habla de La falacia de la empleabilidad: “se responsabiliza al individuo de gestionar su carrera y el acceso al empleo omitiendo que, en última instancia, la empleabilidad depende del mercado de trabajo y no de las cualidades del individuo”. Esta definición asume, de manera acrítica y muy conservadora, que con el mercado laboral no se puede hacer nada, que es algo que marchará a su ritmo y por sus caminos y que a las personas que buscan empleo no les queda otra que adaptarse al mismo si no quieren quedarse en la cuneta de la exclusión social. Se reduce la cuestión de la empleabilidad a un asunto de mera responsabilidad personal. Sin embargo, esto no es más que un apriorismo ideológico muy acorde con el modelo de pensamiento dogmático neoliberal. Claro que se puede incidir en el mercado laboral y, de hecho, se hace continuamente a través de leyes, decretos y reglamentos que lo regulan o desregulan. ¿Y se puede influir a su vez en los que elaboran esas normativas para que esa elaboración se haga pensando prioritariamente en el acceso de las personas al trabajo?, claro que sí; tanto a través de la acción individual del voto y la acción colectiva de la participación ciudadana. Existen alternativas que asumen la necesidad de un compromiso social en la lucha contra el desempleo en vez de dejarlo todo al pairo de "las fuerzas del mercado" (ver Morgenstern, S: La Crisis de la Sociedad Salarial y las Políticas de Formación de la Fuerza de Trabajo).
Por otro lado, también en la página del SEPE encontramos la siguiente definición de Ocupabilidad:
"Es el grado de probabilidad que tiene un trabajador para acceder al mercado de trabajo”.
Esta definición, que nos parece mucho más simple y más correcta que la referida a la empleabilidad, muestra sin embargo también, algunas carencias como es que no incluye a trabajadores que ya estén insertos en el mercado de trabajo pero quieran cambiar de empleo o que hable del mercado de trabajo como si sólo existiera uno posible, cuando con un sólo cambio geográfico podemos modificar las condiciones del mercado de trabajo que nos atañe en cada momento.
Y sin más preámbulos pasamos al siguiente punto.
Cómo definimos Ocupabilidad.
Parámetros conceptuales del constructo Ocupabilidad.
- Es un constructo de carácter radicalmente interactivo. Al decir que es un constructo queremos decir que es una construcción teórica que se desarrolla para afrontar un problema, no tiene entidad en sí mismo más allá del lenguaje. Por otro lado, y seguramente sea el elemento clave de todo el análisis, la ocupabilidad tiene necesaria y radicalmente, un carácter interactivo. La probabilidad de que una persona encuentre, mantenga o cambie de empleo tiene que ver con variables contextuales por un lado y variables personales por otro, siempre, y ninguna de ambas partes de la ecuación es absolutamente determinante en el resultado final.
- Tiene un carácter psico-social. Hace referencia a la persona con carácter individual pero, como decíamos antes, sólo adquiere sentido cuando esa persona toma contacto con su entorno social. Aclaramos que bien se podría hablar de la ocupabilidad de determinados colectivos, desde aquí se aplicará únicamente a la persona como individuo.
-Tiene un carácter evolutivo. La probabilidad de que una persona encuentre, mantenga o cambie de empleo es variable en el tiempo, se puede acrecentar o disminuir, sea por cambios en la misma persona o por cambios en el contexto, en cualquiera de sus diferentes niveles.
- Es multivariable. El cambio en la probabilidad de que una persona encuentre, mantenga o cambie de empleo no tiene que ver con una sola variable si no con varias, actuando aisladamente o, más frecuentemente, de manera interactiva. La categorización de las variables intervinientes se llevará a cabo necesariamente ad hoc, para cada caso, y si bien se puede seguir un modelo general, es necesario contemplar que en cada caso habrá variables intervinientes propias. La definición asume los componentes como "variables", es decir, se pueden modificar. Una clasificación de estas variables se presentará en futuras entradas.
- Es dependiente. La probabilidad de que una persona encuentre, mantenga o cambie de empleo se puede modificar en función de cambios inducidos de manera consciente en las variables intervinientes en cada caso.
- Tiene un objetivo pragmático. No tiene vocación de ser un mero análisis teórico o conceptual. Tiene vocación aplicada, si se establece ese análisis conceptual se hace con vistas a establecer unas reglas del juego que sean productivas de cara a mejorar las posibilidades de empleo de personas concretas.
La utilidad de los conceptos
Jacob Robert Kantor publica en 1977 una de las que será sus obras más importantes, se trata de Psychological Linguistics. En ella define la conducta lingüística como un acto comunicativo en el que quien comunica, interactúa con dos elementos simultáneamente, uno de ellos corresponde a la persona a la que se le comunica, y el segundo es aquello de lo que se comunica. La comunicación es, por tanto, algo que tiene que ver esencialmente con nuestros semejantes, con lo social. Comunicar es siempre actuar sobre lo social. Sólo existe, entonces, una manera de modificar lo social, y es a través del lenguaje. Pero los conceptos, que no son más que palabras con un significado convencional, pueden ser herramientas de precisión o instrumentos romos, todo depende de la capacidad que tengan para referirse a lo real con exactitud. Es por eso que, aunque se tenga una vocación de acción aplicada no es perder el tiempo dedicarlo a poner a punto esos conceptos. Hacerlo supone... engrasar la maquinaria.
En el primer post de esta serie hicimos una propuesta conceptual sobre la Orientación Laboral como disciplina aplicada y en este hemos pretendido definir el que creemos que ha de ser su objetivo de trabajo. En los siguientes desarrollaremos las variables implicadas en el concepto que hemos definido hoy y estableceremos un modelo de intervención para la praxis de la intervención en Orientación Laboral.
Salud.
Muy interesante y didáctico. Coincido plenamente. Se ha abusado de una concepción simplista y maliciosamente dirigida del término empleabilidad, la cual tiene repercusiones entre otras cosas en la individualización de las relaciones laborales.
ResponderEliminarTan solo una apreciación. Si bien en la página del SEPE la definición de empleabilidad está exclusivamente centrada en el individuo, con las implicaciones ideológicas y de intervención que de ello se derivan, existen multitud de definiciones de empleabilidad que expresan su carácter interactivo, contextual, multivariable, y modificable en si misma o a través de otros factores, constituyéndose de hecho en sinónimo de la definición de ocupabilidad dada.
Comprendo, no obstante, la utilidad de diferenciar el concepto a través de otro nombre, aunque solo sea por el hecho de que categorías lingüísticas diferenciadas puedan generar, entre otras cosas categorías jurídicas diferenciadas, con las implicaciones que esto tiene para con los derechos de las personas.
No obstante, creo que utilizar correctamente el término ocupabilidad o utilizar correctamente el término empleabilidad, con sus precisiones conceptuales, es igualmente legítimo y al conformar la misma realidad, ambas acepciones son válidas para referirse al objeto de trabajo de la Orientación Laboral.
Gracias por tu apreciación MaestroSoda. Es cierto que existen otras definiciones de empleabilidad y es lógico que existan, lo que debería de parecer imposible, incluso desde el sentido más común, es que alguien no se de cuenta de que las probabilidades de empleo que pueda tener una persona se tienen que relacionar necesariamente con el mercado laboral. La que es muy extraña es la conceptualización de empleabilidad que se ha generalizado, la que tiene que ver con "adaptabilidad", la que habla de "aptitudes y actitudes", la que habla de “proactividad”, de “automotivación” y cosas así pero que olvida toda la otra parte de la ecuación, la de lo social. Se dice incluso que “hoy día ya no hay que hablar de empleo si no de empleabilidad”. Es gracioso. En este país asistimos a una paradoja trágica, tenemos a la generación de jóvenes mejor formada de nuestra historia, dispuesta a aceptar unas condiciones de miseria y, aún así, casi un 60% de ellos no puede tener un empleo. ¿Se puede saber qué le falta a su “empleabilidad”, que deberían de tener para poder trabajar? El otro día oía a una persona que comentaba que lo que se trasladaba a los trabajadores hoy en día era que “si no tienes empleo es culpa tuya, es que no has cuidado bastante tu empleabilidad, haber estudiado chino mandarín por las noches”, y con toda su ironía tenía razón. No es un problema de “amoldarse” más al mercado laboral, porque esa es una loca competición que no tiene fin, cada vez se exige más a la gente para “adaptarse” y acabar encontrándose, a la hora de la verdad, que para ese puesto había uno mejor, uno más “empleable”. Disculpad que discrepe con el discurso, pero en este país no tenemos un problema de empleabilidad, tenemos un problema de empleo. Las palabras no son neutras, son las que nos permiten entender y relacionarnos con la realidad, son las que establecen las reglas del juego, y el término empleabilidad, teniendo en cuenta el significado en el que ha devenido, se ha convertido en un mecanismo más de perpetuación de la sumisión, la desigualdad y el control. Y esto no es un debate nominalista.
EliminarPero, ¿sabes lo que más desazón me produce? No saber si los orientadores laborales no estaremos colaborando con este statu quo al aceptar todo ese discurso de la empleabilidad de una manera tan absolutamente acrítica.
Gracias por tu atención, Maestro (Soda).
100% de acuerdo. En líneas generales los profesionales de la orientación nos debemos a un compromiso ético con la mejora y la justicia social. Ética y Responsabilidad, además de profesionalidad. http://www.orientaconsoda.com/2013/03/profesionalidad-y-etica-en-la.html
ResponderEliminarRespeto a los derechos de las personas, a sus objetivos reales, personales e intransferibles, a sus condicionantes y sus circunstancias. Confrontación crítica con la realidad, si creemos que tiene sentido ético, y que cumple una función de intervención determinada, pero desde el más absoluto respeto a los derechos fundamentales de la persona a la que pretendemos ayudar.
O, si tenemos otros principios diferentes, al menos, el respeto al "derecho a la libre elección de profesión y oficio" que garantiza la Constitución Española de 1978 en el artículo 35.1.
Pura ideología neoliberal. Para qué vamos a reclamar al capitalismo que resuelva sus contradicciones internas y sus numerosas fallas, si se puede, desde la óptica neoliberal, desplazar la responsabilidad de sus déficits a los más desfavorecidos. Patrón de la derecha española: culpabilizar a la clase social a la que está transfiriendo las consecuencias nefastas de sus políticas "austericidas" por no encontrar trabajo y criminalización sistemática de las personas desempleadas como parásitos que "vampirizan" los recursos de los que trabajan, es parte del plan para dividir la cohesión identitaria de los trabajadores, fomentando la lucha fratricida dentro de la propia clase. Concepción thacheriana de "Un hombre, un capitalista" y así debilitar lo colectivo y propiciar lo individual ahora, la de Rajoy y Cia, con su discurso favorecedor de una individualista aspiración social con final feliz solo para los "mejores". Exaltación de lo individual como procedimiento de ascenso social y su no consecución la de un fracaso personal pero nunca el del sistema. ¿Para qué una identidad colectiva de clase obrera si ello supone un handicap para alcanzar excelsos objetivos de "autoemprendimiento" y logros sociales?. La pobreza para la derecha no es consecuencia de politicas sino comportamental; solo se llega a ella por una perezosa actitud personal donde el sistema no era responsable. Modelo oficial del neoliberalismo para esconder el conflicto social, la lucha de clase y el paro pero a la realidad no se la puede torturar para que haga fiesta con lluvia de confettis. Excelente puntualización amigos. Salud
ResponderEliminarMaestro (Soda), el derecho al trabajo no sólo está contemplado en la Constitución Española, si no que aparece aparece reflejado en el artículo 23.1 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, que dice literalmente "Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo". Eso quiere decir que en España ni se respeta la Constitución, ni se respetan los derechos humanos. Así de claro.
EliminarSí, Miguel Coque, es muy común que conceptos que lo único que tienen es un trasfondo ideológico se presenten como si fueran meramente técnicos y neutros, pero no son ni lo uno ni lo otro. Lo importante es darse cuenta de ello y, sobre todo del "discurso" que acarrean, y el término "empleabilidad" arrastra ese discurso que señalas, en efecto. Pero, por si fuera poco, es que ni siquiera es útil para el trabajo de los orientadores laborales,por polisémico y por contaminante.
Gracias a los dos por vuestras intervenciones.