Pero empecemos por el principio. A nadie se le escapa que la situación del mercado laboral actual es altamente excluyente para una gran parte de los trabajadores y que esto supone una serie de implicaciones que condicionan radicalmente la búsqueda de empleo. Buscar empleo en la España del 2014 no va ser fácil como no lo ha sido en los años de atrás. Implicará invertir una gran cantidad de tiempo, actividad y energía en la tarea y, así y todo, no estará garantizado en absoluto que esta sea finalmente una actividad recompensada con un puesto de trabajo. Esta es la situación real frente a la que nos encontramos los desempleados y los que les ayudamos a buscar empleo, los profesionales de la orientación laboral, cuyo trabajo, por cierto, está enormemente dificultado por las circunstancias que describimos.
Paradójicamente, el gran número de desempleados existente hoy en día ha supuesto que cierto sector, aparentemente cercano al marketing, se haya fijado en ellos como un potencial nicho de mercado y, esto a su vez, ha favorecido la proliferación de eslogans típicos de esta área, mensajes que te descubren “el método infalible para encontrar empleo”, te dicen “encuentra trabajo en seis pasos” o te enseñan algunos maravillosos “trucos para encontrar trabajo”. Este tipo de mensajes seguramente atraen un buen número lectores hasta un post, pero tienen poco que ver con una búsqueda de empleo eficaz. En una línea similar está esa rama de pensamiento actual que se ha venido en llamar “psicología positiva” y que ha venido abundando en un mensaje que da a entender que hay que “ser optimista”, “pensar en positivo”, “ver el lado bueno”, “no desanimarse nunca”, “motivarse”, “reinventarse”, etc. y que similares actitudes son el secreto de la búsqueda de empleo exitosa.