- No intentes falsear tu realidad mostrando una faceta ideal de ti que poca o ninguna relación tiene con la persona y el profesional quien realmente eres. Tarde o temprano, aquellas distorsiones de la realidad que te motivan a mostrarte ante el mundo como el profesional de desempeño intachable o el candidato perfecto a empleo, surgirán inexorablemente a la luz, con consecuencias de largo plazo muy lamentables para tu reputación e integridad.
- Hablar mal de antiguos jefes, o despotricar de alguna de las compañías en las que trabajaste en el pasado, pinta muy mal acerca de tu falta de discreción, pone en relieve alguno de los rasgos conflictivos de tu personalidad, y evidencia tu desmesura en los comportamientos, con los que sueles asumir el hecho de vivir.
- Si crees que por encontrarte en el trabajo que verdaderamente amas, haciendo lo que realmente te gusta, y ganando una retribución sólida, no necesitas ocuparte de desarrollar tu identidad digital estás cometiendo un craso error, que tarde o temprano lamentarás, cuando pudiendo estar desempleado en el futuro, necesitarás entrar imperiosamente en contacto con quienes podrían apoyarte en tu transición profesional.
- Si eres displicente e ignoras cuan pertinente y necesario es proteger tu privacidad en los medios sociales, sencillamente te estás exponiendo al inmediato descarte de quien pudo haber sido tu próximo empleador. Exhibir comportamientos dudosos o socialmente cuestionables, pone en entredicho tu integridad emocional para asumir posiciones de responsabilidad e influencia, en una nueva organización.
- El hecho de tener más de 45 años, estar ocupando posiciones gerenciales en una prestigiosa empresa, y considerar que el desarrollo de tu marca online, es solo inherente a los nativos digitales, significa ignorar que el pobre desarrollo, o peor aún, la ausencia de una marca personal en la web social habla mucho acerca de tu incipiente apertura al cambio, y de tu rechazo a nuevas tendencias y prácticas apalancadas por las tecnologías sociales y de colaboración.
- Desarrollar tu identidad digital sin un objetivo específico, y sin definir con precisión las metas que esperas alcanzar, conlleva a la dispersión de tus esfuerzos e iniciativas, implicando un inútil derroche de tiempo, y una escasa productividad.
- Podrías estar tentado a pensar que tu participación repetitiva y mecanicista en el mayor número posible de redes sociales te ayudará a incrementar proporcionalmente tus posibilidades de éxito. Nada más falso que eso. Escoge unas pocas redes sociales, en particular aquellas que concentran a tu segmento objetivo, y participa generosamente, compartiendo y aportando lo que sabes y te diferencia del resto, en función de tus talentos únicos.
- Dedicar un tiempo excesivo a desplegar tu actividad en las redes sociales puede dar la impresión, cierta o no, de que asumes como misión de vida, el hecho de ser una celebridad en las redes sociales, por encima de tu determinación de mostrar tus talentos y apoyar a tu comunidad, para finalmente emerger, como el mejor candidato para el empleo que siempre soñaste tener.
- Desarrollar tu marca personal no ha de estar limitado a un esfuerzo puntual y esporádico, que decidas acometer por el hecho desesperante de encontrarte desempleado, o por que no te sientas a gusto en tu trabajo actual. Es una actividad permanente que dice mucho de ti, en cuanto a tu afán de aprender de la inteligencia colectiva de la Internet, y ser útil apoyando a otros en las redes sociales.
- No tiene sentido desarrollar una presencia sólida en las redes sociales para construir tu marca personal, si las interacciones que suceden en estos medios con profesionales afines a ti, no se traducen en interacciones reales en el medio físico donde podrás acceder a nuevas oportunidades profesionales.
Tomada una parte de un magnífico artículo de Talentia: "Que no debes hacer en las redes sociales si estás captando talento o eres un profesional buscando empleo"